
EL COLOMBIANO diciembre de 2009
Del viejo Yesid Santos no queda sino el nombre. Hoy, ese coliseo que vio rebotar los balones de voleibol por muchos años, es un escenario de talla mundial.
Del viejo Yesid Santos no queda sino el nombre. Hoy, ese coliseo que vio rebotar los balones de voleibol por muchos años, es un escenario de talla mundial.
De esa vieja estructura, de entradas estrechas y poca luz, solo queda el recuerdo. Hoy, con la entrega de las obras civiles de los escenarios para los Juegos Suramericanos, el nuevo Yesid tiene una cara impecable, nueva, apenas para estrenar.
Todo es nuevo, hasta la forma. Primero, el viejo coliseo estaba como atravesado, quitando espacio a los demás recintos. Hoy, con su costado sur hacia la carrera 70, hace parte del entramado de cuatro coliseos que serán cubiertos por la ola verde, que para los ojos de todos significa que llegaron los Juegos Suramericanos.
"La obra civil del coliseo, o sea su interior, está lista para entregar. Como en todos los lugares ya se tienen listas las graderías, la superficie para el piso de competencia, los accesos y todo lo concerniente a estructuras", explicó el ingeniero Juan Diego Mesa Gutiérrez, director de infraestructura de los Juegos Suramericanos.
El viejo escenario, que ya había cumplido un cuarto de siglo de existencia, fue demolido en su totalidad. Se levantaron nuevas estructuras, así como las graderías y un piso más amplio, y terminará teniendo una superficie de 4.900 metros cuadrados.
Por los huecos
Además del techo, todos los coliseos de la unidad deportiva tienen un elemento común: el cerramiento.
Una lámina de acero de calibre 16 fue trabajada con pantógrafo láser para crear cada uno de los elementos que harán las veces de muros en los espacios de la unidad deportiva.
"Es un tramado que estará en cada uno de los escenarios para las divisiones. Cuando sea exterior será verde, e interior tendrá el color gris. Es un trabajo bonito porque las láminas fueron trabajadas una a una", comentó el ingeniero Mesa.
¿Cuantas son? Ni el mismo ingeniero puede decirlo a ciencia cierta, pero va por el orden de 10 mil láminas de acero, todas con un motivo abstracto, pero que no deja de ser bonito.
Así, los coliseos van mostrando mejor cara. Los nuevos y los viejos. Aunque del viejo Yesid no quedaron ni los cimientos.